Compostable: conforme a un estándar más alto
Por otro lado, los productos “compostables” deben cumplir criterios más estrictos. Los materiales compostables están diseñados para descomponerse en componentes no tóxicos, generalmente CO2, agua, compuestos inorgánicos y biomasa, en un período de tiempo específico y bajo condiciones definidas. Es importante destacar que, para que un producto sea etiquetado como compostable, no debe dejar residuos nocivos que puedan contaminar el compost o perjudicar el crecimiento de las plantas.
El estándar de oro para la compostabilidad en América del Norte es obtener una certificación de compost comercial a través del Instituto de Productos Biodegradables o BPI. BPI proporciona servicios de certificación para productos compostables que cumplen con las normas de prueba ASTM D6400 o D6868, lo que significa que esos productos pueden convertirse en abono en instalaciones industriales y descomponerse por completo en aproximadamente 90 días. Algunos productos incluso están certificados para el compostaje doméstico a través de TÜV Austria, aunque este proceso suele llevar más tiempo debido a las temperaturas más bajas y la menor actividad microbiana en los sistemas de compostaje doméstico.
Una ventaja fundamental de los productos compostables es que contribuyen a la creación de compost rico en nutrientes, que se puede utilizar para mejorar la salud del suelo y reducir la necesidad de fertilizantes químicos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los productos compostables deben desecharse de forma adecuada. Si los artículos compostables terminan en un vertedero o en el medio ambiente, es posible que no se descompongan como se esperaba, lo que genera un problema similar al de los productos biodegradables.